Es la frase con la que empiezan los cuentos. En estas fechas estivales, dan comienzo las historias de cuento de muchas parejas con la idea de casarse. Y yo en éste post, voy a permitirme la licencia de inventarme un cuento, para así describir a mi manera, los diferentes estilos de novias, vestidos, fotografías y maquillajes que pueden lucirse este día tan especial.
Era la noche antes de la boda, y cuatro amigas comenzaban a compartir sus fantasías, hasta llegar al vestido deseado para cada estilo.
La chica dulce y romántica, la soñadora y fantasiosa, la clásica y elegante y por último la rebelde y sexy.
La más jóven, soñaba con un vestido de princesa, en un entorno de ensueño y lleno de fantasía. Y les contaba a sus amigas como habían sido sus propuestas para este día. Mientras su sonrisa se tornaba cada vez más dulce y melancólica.
Colores rosas entalcados, nudes, blancos rotos, y mucha dulzura es lo que buscaba una de ellas, mientras la más elegante y sofisticada del grupo, suspiraba por unos vestidos sin demasiado ornamento, modernos pero sin rozar el exceso, y en su cabeza aparecían imágenes como estas, sin mover una pestaña.
Lineas rectas, tejidos vaporosos, colas de capilla y catedral, encajes, y drapeados, se dejaban entrever en las ideas de la más clásica. Mientras que la romántica y dulce del grupo, alzaba su mirada al aire, así como un suspiro se esfumaba entre sus labios. Dando así, rienda suelta a su imaginación y a los vestidos que llegaron tras su relato.
Volúmenes XXL, tejidos vaporosos en múltiples capas, blondas, y blancos puros, eran algunas de las ideas que rondaban sobre la tercera novia. Por último, la rebelde y sensual, esperaba ansiosa su turno, sin estar muy acorde con los gustos de las demás quiso hacer su propia visión de su boda con estas imágenes.
Todas contaron su historia y como cada una tenía, en base a su carácter, una forma diferente de ver su boda y el vestido que luciría en ella.
En esos momentos una de ellas recordó una gran historia de amor del cine mudo, donde una chica se enamoraba y se casaba con el inigualable Buster Keaton, en una recreación del fotógrafo Eugenio Recuenco y así contó su breve historia, en silencio, como las películas de cine mudo.
Y como todas las historias, esta también llega a su fin, dejando mi particular forma de ver esta moda en ocasiones un poco ñoña y endulzada, con mi toque personal, que espero no contenga adjetivos como estos, y sea cuanto menos una forma entretenida de ver este tipo de fotos y estos especiales vestidos, que a algunos gustan y a otros cansan.
Os dejo antes de terminar con la última imagen que reza la palabra con la que termina cada cuento y con esta frase del escritor, Lauwrrence Durrell:
"Nuestras invenciones, reflejan nuestros deseos secretos"
Hasta pronto!!
Ángeles Castro